En una casita baja, vivía una familia de ratones que convivían con los humanos sin molestarlos, de tanto obsérvalos y poner atención, imitarlos les gustaba un montón.
En la familia había un niño al que el futbol volvía loco y a
Chita y Chito también les gustaba el juego un poco.
Chito, un ratón pelirrojo y juguetón le dice a su hermana
Chita:
CHITO: ¿Jugamos un rato al futbol?, ¿me pongo las botas ya?,
te lo pregunto porque tengo que prepararlas y “por desenredar el enredo que
ayer enredé, hoy enredo el desenredo que desenredé ayer”, es decir, tengo las
botas llenas de nudos.
CHITA: ¡Madre mía, eres un desastre Chito!, ayer te dije,
que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, no me hiciste caso y ahora
tardaremos en empezar a jugar. ¡Venga, desenreda los cordones y ponte las botas
ya!
Se arregló las botas Chito y marcharon a jugar, en una tarde
de invierno que llovía sin parar.
CHITA: ¡Chito, chuta la pelota, Chito, chuta y mete gol!
Chita choca con el chute y se hizo un chichón.
Los dos ratoncitos empapados y muertos de frio recordaron la
poesía que su madre les contaba y volvieron corriendo a casa mientras en alto
la recitaban.
Madre mía como llueve
Abriremos el paraguas
Y en los pies ya nos pondremos
Nuestras botitas de agua
Como el viento sopla mucho
Nos pondremos la bufanda
Y cuando caiga la nieve
También nos pondremos capa
Al llegar a su casita, se resguardaron contentos y esperaron
muy tranquilos a que pasase el invierno.
Audio de Marcos recitando el texto: https://drive.google.com/file/d/1DQabWjagsOMfXZmXCGOiIVtx__oBLr7c/view